Listos para la aventura salimos de Lima a las 9:30 de la noche rumbo a Huánuco vía ómnibus por la carretera central pasando por Ticlio, la Oroya y no parar hasta llegar a la también llamada ciudad de “La Eterna Primavera” luego de 8 horas de viaje. Mientras empieza la mañana nos alojamos en uno de los variados hospedajes que ofrece la ciudad, momento en el que aprovechamos para estirar un poco el cuerpo y alistar algunas cosas que utilizaremos en nuestro paseo local. Si bien Huánuco no es el objetivo de nuestra aventura es importante tomar una pausa para no hacer tan precipitada nuestra travesía, además no se puede dejar de visitar las maravillas que ofrece esta tierra de clima extraordinario, por tal motivo nos fortalecemos alimentándonos con un buen desayuno. Entonces, ya recargados de energías dedicamos todo este día visitando pueblos pintorescos como Ambo, Tomayquichua (Cuna de “La Perricholi”), el Templo de las manos cruzadas (Kotosh) y demás atractivos que perennizamos e nuestras fotografías. Terminada la tarde y luego de un reparador descanso en el hotel salimos a disfrutar la vida bajo la luna; un paseo por la plaza de armas que llegada la noche se convierte en punto de reunión de muchos jóvenes con los cuales se pude entablar agradable tertulia; una mirada allá a lo lejos, hacia las montañas y observamos instantáneas ráfagas de luz que nos indica el camino que tomaremos al día siguiente.
Muy temprano en la mañana y con todas las ganas de que no se nos pase el día, cogemos mochila en hombro y nos dirigimos al paradero de autos que nos transportará durante dos horas por una carretera serpenteante y llena de indescriptibles escenarios naturales; un degrade de paisajes y pueblos serranos que culminan al llegar al paso del Túnel Carpish, (2707 m.s.n.m.) siendo éste uno de los momentos más interesantes porque al pasarlo nos topamos instantáneamente con la majestuosidad de la ceja de selva que avisa nuestro ingreso con un cambio de clima y vegetación abundante.
Ya falta poco, es verde por todo lados, el sol es espléndido y como en todo escenario tropical nos dejamos contagiar no sabemos si por el entusiasmo de la aventura o por el son de cumbia que propaga la radio de nuestro alegre conductor.
La escolta de algunos mototaxis nos hace suponer la cercanía a la ciudad de Tingo María y mientras ingresamos nos topamos con una señorita vestida de verde descansando en las montañas con la mirada hacia el cielo, nada más y nada menos que “La Bella Durmiente”, caprichosa forma de la cadena montañosa que resguarda la ciudad. Una vez en ella nos organizamos para nuestra primera caminata hacia la muy conocida “Cueva de las Lechuzas”, cruzamos el puente sobre el río Huallaga y a unos minutos nos encontramos con esta gigantesca gruta de varias salas con techos en forma de cúpula de los que cuelgan estalactitas y estalagmitas, en su interior alberga colonias de guacharos, loros, pericos, golondrinas, murciélagos, variedades de coleópteros y arácnidos.
Salimos de tan cavernícola visita y nos vamos ahora si a la gran aventura a solo 25 minutos de la ciudad usando la misma carretera que nos trajo desde Huánuco en el distrito de Mariano Dámaso Beraún en el poblado de Tambillo Grande. Provistos de apropiadas botas de trekking, ropa cómoda y ganas de aventura iniciamos la caminata ascendente por las faldas de la montaña hasta llegar a un punto en el que tenemos que decidir entre subir por un sendero de escaleras y barro o atrevernos a escalar 16 caídas de agua que se ven una más bella que la otra según se va trepando junto a un guía local que nos proporciona su fiel y segura cuerda para la ocasión. Seguimos entonces realizando escalamiento sobre rocas, agua y vegetación siguiendo el caudal de la quebrada, una hora después logramos coronar nuestra hazaña y llenar nuestra vista con el esplendor de esta bellísima catarata que muchos llaman “Velo de las Ninfas”, formada por piscinas naturales, 20 minutos más de recorrido y nos topamos con una impresionante cascada que cae sobre una piscina rodeada de cerros amurallados de rocas calcárea denominada Cascada del Amor. Una vez más la alegría nos invade y nos hace olvidar que en momentos como este el cansancio no existe. El sol es radiante pero en algunos casos no se nota ya que estamos cobijados por altos y frondosos arbustos; hay más por recorrer pero nos queda poco tiempo, ya a lo lejos notamos nubes negras avanzando hacia nosotros avisándonos que viene la lluvia con muchas ganas de descargar energía. Siguiendo algo más de caminata, se encuentra la fabulosa Cueva de los Tambos, en cuyo interior discurren aguas cristalinas, estalactitas y estalagmitas y es hábitat de numerosas especies; se desconoce la profundidad de estas cuevas con exactitud pero será motivo para regresar y averiguarlo siempre y cuando contemos con el equipamiento especializado. Es momento de regresar a Tingo María donde abordaremos el auto de regreso a Huánuco y luego emprender el retorno a Lima.
INFORMACION PARA EL TURISTA
Pasaje Lima – Huánuco: 30 soles aprox. (Ómnibus) 8 horas.
Pasaje Huánuco – Tingo María: 13 soles (Auto – Colectivo) 2 horas.
Dirección Regional de Turismo
Gral. Prado Nº 718, Huánuco.Teléfono: (064) 513223 / Fax: (064) 512980
* Si quieres experimentar o compartir más aventuras escríbenos a:
mochilaperu@gmail.com / Ernesto Vidal Shigueto.